Joyas

"Una mujer sin joyas es como una noche sin estrellas"
Rotulo en la pared de una joyería

Mi madre me regala joyas mientras me reclama de antemano por no usarlas. No comprende por más que trata que los adornos no son lo mío, ni navideños ni personales. Bolsasmascadasbufandasguanteszapatosgorras todo esto mantiene mi atención mas tiempo que cualquier joya. Prefiero, en todo caso, colguijes de madera y otros materiales no brillantes. En el pueblo hay mucha plata en las calles y algunas joyerías con cosas muy bonitas, cuando llego a comprar algo lo uso dos veces y luego lo olvido.
Últimamente se me antoja tener un collar de perlas falsas, no se porque, seguro lo vi en una revista.
La idea de traer colgando miles de pesos del cuello o muñeca me desagrada, y el color del oro me gusta para cualquier cosa menos para traerlo puesto.
Las mujeres de mi casa adoran las joyas, desde alpaca hasta diamantes, todo las vuelve locas. Sus maridos les regalan anillos de navidad, alguna vez le regalaron a una de ellas un reloj carísimo, costaba lo mismo que gaste para terminar mi casa. Cuando alguien me pregunta que quiero de regalo jamás me pasa por la cabeza una joya. Las puedo apreciar en otras personas, me puede genuinamente fascinar algún collar pero no deseo poseerlo.
Tampoco me gusta portar relojes.
Tengo un reloj en el celular, otro el radio, otro en la computadora, en el carro, en las paredes tengo varios, en el microondas, en la cafetera, porque demonios quisiera traer otro en la muñeca! Lo que quiero es que el tiempo pase sin sentirlo.